Mónica Palacio: “Quiero ser arquitecta de leyes que nos conduzcan por la dirección correcta”
- Mónica Palacio
- Aug 11, 2020
- 5 min read

“Necesitamos una voz activa que entiende las luchas y la invisibilidad de ser un inmigrante”
Renunció a un trabajo que le dio visibilidad en defensa de la comunidad homosexual y transgénero durante casi una década, pero ahora la abogada Mónica Palacio compite por un escaño en el concejo del Distrito de Columbia para continuar su lucha por el avance de todos los residentes capitalinos.
Palacio, hasta febrero pasado directora de la Oficina de Derechos Humanos del Distrito de Columbia, es la única latina entre una veintena de candidatos que se disputarán el próximo 3 de noviembre el escaño general (“At Large”) que dejó vacante David Grosso, quien anunció en 2019 que no se presentaría a la reelección.
En entrevista exclusiva con El Tiempo Latino, Palacio explicó que, si gana esta histórica elección como la primera latina en el concejo, pondrá los derechos humanos y el avance social en el centro de los esfuerzos por “reconstruir” a la capital estadounidense.
Al frente de la Oficina de Derechos Humanos durante nueve años, casi siete de ellos como su directora, Palacio a veces se sintió como un bombero, apagando fuegos constantemente debido a la disfunción del sistema y leyes deficientes.
Ahora quiere ser “arquitecta de leyes que nos conduzcan en la dirección correcta”, aseguró.
Palacio emigró de niña junto con su familia de Colombia a Estados Unidos, que vino con apenas unos cuantos pesos en el bolsillo y huyendo de la inestabilidad social y política.
Algunos de sus familiares lejanos incluso no tenían “papeles”, y esa experiencia, décadas después, le ha permitido entender mejor los retos de los inmigrantes al integrarse en el país, dijo.
“En Colombia, mis padres nunca se sintieron seguros y quisieron salir en busca de mejores oportunidades. Yo quiero lo mismo para todos nuestros niños, nuestras escuelas, nuestras familias y trabajadores, para todos acá en el distrito, y creo que un mayor compromiso con los derechos civiles, los derechos humanos nos encaminarán hacia allí”, subrayó.
Además, Palacio dijo que en algún momento fue madre soltera, y por eso conoce de primera mano el sacrificio de mujeres que intentan equilibrar el trabajo con la vida familiar.
Ha invertido muchos recursos en campañas de acercamiento con los hispanos que, según datos de la Oficina del Censo, conforman alrededor del 11,3% de la población.
En una contienda tan reñida, como la que se prevé en noviembre próximo, los cerca de 90 mil 400 votantes hispanos podrían marcar la diferencia, según su campaña.
La pandemia, la pobreza, y otros retos
Aunque la pandemia del COVID-19 ha impuesto restricciones en las visitas y eventos públicos, Palacio no ha perdido contacto con los votantes, y en los espacios públicos siempre porta su mascarilla y mantiene una sana distancia, como atestiguan algunas fotos proveídas por su campaña.
De hecho, le ha tocado ver de cerca las urgencias de familias latinas, como una que conoció recientemente. En esa familia, la madre contrajo el COVID-19 a finales de abril pasado, y el esposo de esta perdió su trabajo, aún cuando ambos tienen que mantener a cinco hijos.
Su situación ya era precaria, y ahora la familia afronta la amenaza de desalojo porque el dueño del edificio de apartamentos se niega a negociar un plan de pagos. Palacio ofreció conectar a la familia con algún abogado, pero por ahora ésta se ha organizado junto a otros inquilinos para forzar un acuerdo que les evite quedar en la calle.
La contienda se produce en medio de protestas callejeras en todo EEUU tras la muerte en Minnesota del afroamericano, George Floyd, y que han dejado al descubierto las desigualdades sociales y económicas que sufren las minorías, como heridas que no sanan del todo.
Algunas de esas desigualdades, observó Palacio, se manifiestan en prácticas como el encarcelamiento masivo y largas sentencias contra las minorías, y la brutalidad policial. Para junio pasado, la tasa del desempleo se ubicó en el 8,4% en el Distrito de Columbia, en comparación con el 11,1% a nivel nacional. En junio de 2019, fue de apenas el 3,3%. El desempleo ha golpeado a los latinos que trabajan en sectores que dependen del turismo, por ahora aplastado: aunque el concejo aprobó una extensa reforma del sistema, ésta tardará años en su implementación.
Mientras tanto, familias enteras afrontan una montaña de gastos, riesgo de desalojo, trabas burocráticas y una extensa demora en sus subsidios de desempleo.
Las promesas de Mónica
Palacio destacó entre sus prioridades la promoción de la estadidad, una reforma de vivienda, la continua defensa de la capital como “ciudad santuario” para inmigrantes indocumentados, y una expansión de sus protecciones. “Necesitamos una voz activa que entiende las luchas y la invisibilidad de ser un inmigrante”, afirmó.
Palacio está convencida de que, frente a sus rivales en la contienda, tiene la ventaja de haber vivido y trabajado en Washington durante 30 años, dentro y fuera del gobierno local y con diversas organizaciones comunitarias.
En su larga carrera como abogada especializada en derechos civiles, por ejemplo, trabajó estrechamente con comunidades vulnerables, como las minorías transgénero y los musulmanes, y manejó numerosos casos relacionados con el racismo.
Además, trabajó con líderes comunitarios en formas de prevenir la delincuencia juvenil, y cómo asegurar que los inmigrantes puedan mantener su confianza en las autoridades policiales.
“La Oficina de los Derechos Humanos es una especie de sala de urgencias para los derechos civiles: a menos que la necesites, nunca irías allí”, explicó Palacio, al señalar que esa oficina se encarga de hacer cumplir una de las leyes contra la discriminación más extensas del país.
¿Por qué importa la estadidad de D.C.?
Palacio celebra que el pasado 26 de junio, la Cámara de Representantes aprobó un proyecto de ley que convertiría al Distrito de Columbia en el 51 estado de la nación, pero falta que lo apruebe el Senado, bajo control republicano, que no parece apoyarlo. Palacio, quien ofreció una charla sobre la estadidad en la plataforma TedTalk, argumentó que la única protección de la ciudad contra los ataques del gobierno federal y del presidente, Donald Trump, -quien no oculta su desprecio por la alcaldesa, Muriel Bowser- es la estadidad.
“Tenemos que vivir lado a lado con este ´bully´, y tenemos que ver cómo lograr la aprobación de leyes (locales) que son sujetas a una revisión del Congreso. Necesitamos fuertes aliados en el Congreso que defiendan la autodeterminación de nuestra ciudad, ya sea en las leyes para el control de armas, la legalización de la marihuana para fines médicos, o los derechos reproductivos”, señaló.
El Distrito de Columbia necesita tener una representación justa en el Congreso para también “tener una voz en las políticas migratorias, en el desembolso de ayuda federal para la ciudad”, y otras prioridades, agregó.
Para que la medida de estadidad prospere, hay pocos escenarios: que los demócratas mantengan el control de la Cámara Baja y recuperen el del Senado; que el ex vicepresidente demócrata, Joe Biden, gane la presidencia, o que los demócratas tengan sólidas mayorías en ambas cámaras del Congreso para vencer un posible veto de Trump, si éste gana la reelección.
“Somos esencialmente una colonia de Estados Unidos. Creo que un cambio en el liderazgo en la Casa Blanca sólo puede generar más apoyo para la estadidad” porque Biden, que ha vivido muchos años en Washington, conoce la dinámica entre la ciudad y el gobierno federal, manifestó.
Palacio recibe cinco dólares públicos por cada uno que recibe de los votantes -ya logró el 30% de su meta en junio pasado- y mantiene una fuerte estrategia en las redes sociales, que incluye charlas en vivo en Facebook sobre temas de actualidad, como la reapertura de las escuelas y los recursos para combatir el COVID-19.
A menos de tres meses de los comicios, Palacio dijo estar consciente de que la política “es como una montaña rusa, pero siento mucha confianza de que tenemos buenas posibilidades de ganar”.
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